El verano se ha instalado con fuerza en Catalunya y los efectos se dejan notar ya de forma clara en el sistema de embalses de la cuenca interna. Tras varios días consecutivos de temperaturas máximas y de una tendencia a la baja acelerada por la evaporación y el aumento del consumo, la red hídrica catalana sigue mostrando una notable solidez. Sin embargo, hoy destaca especialmente el papel del embalse de La Baells, que se ha convertido en la excepción dentro del sistema: es el único pantano que supera aún la barrera simbólica del 90% de su capacidad, mientras el resto se va acercando progresivamente a los niveles típicos del verano.
Los datos oficiales publicados este lunes confirman que las reservas hídricas de las cuencas internas catalanas han descendido hasta el 80,18%. Se trata de una nueva bajada de 0,15 puntos porcentuales respecto al día anterior, siguiendo una tendencia que, aunque pronunciada en términos semanales, no es motivo de alarma, sino la consecuencia lógica del avance del verano y del estrés térmico de los últimos días. En comparación con hace una semana, el descenso ya supera el punto porcentual, encadenando así una de las secuencias más largas de pérdidas diarias en lo que llevamos de 2025.
El protagonismo absoluto hoy es para La Baells, que mantiene una cifra de llenado del 94,86%. Este dato es especialmente relevante porque, a pesar del calor y la demanda, La Baells resiste por encima del umbral del 90%, situándose como el gran “colchón” hídrico de la cuenca interna catalana. Este embalse, situado en el Berguedà y fundamental para el abastecimiento de la conurbación de Barcelona y del área central, es ejemplo de resiliencia y de buena gestión de las aportaciones durante la primavera. Su estabilidad permite afrontar el verano con garantías en una de las zonas con mayor presión demográfica del país.
Cifras positivas pese al calor
El resto de embalses muestran el comportamiento propio de este periodo. Susqueda baja ligeramente y se sitúa en el 89,06%, cediendo poco a poco tras aguantar durante semanas en torno al 90%. Sant Ponç marca hoy un 88,64%, mientras que Foix baja hasta el 85,71%. El emblemático embalse de Sau, referencia del Ter, se queda en el 63,91%. La Llosa del Cavall mantiene una cifra muy estable del 80,11%, mientras que Darnius Boadella baja ligeramente al 72,42%. En el extremo opuesto siguen Riudecanyes (58,06%) y Siurana (25,53%), los más castigados y dependientes de las precipitaciones o de episodios de lluvias puntuales.
Si se compara embalse por embalse con los datos de ayer, no hay grandes subidas que destacar; la tónica dominante es la pérdida gradual, con variaciones muy contenidas, pero homogéneas en casi todo el sistema. La persistencia del calor y la ausencia de lluvias significativas explican esta dinámica descendente. Solo en algunos puntos concretos se aprecia cierta ralentización de la caída, pero en ningún caso se observa una recuperación relevante.