Girona se ha consolidado como una de las ciudades más caras de España en términos fiscales. De hecho, según los últimos estudios -en concreto, el Registro de Economistas de Asesores Fiscales-, se sitúa como la cuarta capital de provincia con los impuestos locales más altos del Estado. De media, la localidad gerundense recaptó 901 euros por habitante en el ejercicio de 2023.
Esta noticia no será bien recibida por los residentes, ya que supone una carga significativa para los bolsillos de los habitantes de la provincia del norte de Catalunya. En este registro tan solo le superan otras tres capitales: Barcelona, Madrid y Tarragona. Si bien es cierto que está lejos de ser la capital catalana con mayor pago de impuestos locales medios, la realidad es que en el cómputo global estatal ocupa el cuarto puesto de entre 50 ciudades.
Una de las principales razones por las que los impuestos en Girona son tan elevados es la combinación de factores que incluyen un coste alto en servicios municipales y el mantenimiento de infraestructuras. Esto ha llevado a que los contribuyentes tengan que asumir un mayor esfuerzo fiscal que en otras zonas del país. Además, los impuestos sobre bienes inmuebles (IBI) y las tasas de recogida de basuras se encuentran entre las más elevadas de todo el Estado, lo que genera descontento entre los ciudadanos.
Otro factor que ha influido en el alto nivel de impuestos en Girona es la presión que los gobiernos locales han tenido para garantizar el buen estado de servicios públicos y desarrollo urbano. A pesar de las críticas de los ciudadanos, las autoridades locales defienden que los recursos obtenidos a través de los impuestos son necesarios para mantener la calidad de vida en la ciudad y proporcionar servicios públicos eficientes.
Consecuencias para los ciudadanos
El aumento de impuestos en Girona tiene un impacto directo en la economía familiar. Los ciudadanos se enfrentan a facturas más elevadas, no solo en el pago de impuestos directos, sino también en los servicios municipales. En un contexto económico complicado, donde la inflación y el coste de la vida ya son altos, la noticia de que Girona está entre las ciudades con los impuestos más elevados no será bien recibida.
Este escenario también puede desalentar la inversión en la ciudad y afectar a los pequeños negocios locales, que ya sufren las consecuencias de una presión fiscal elevada. Los comercios y empresarios locales ven cómo la carga impositiva se suma a los retos económicos que ya enfrentan, y esto podría tener un impacto negativo en el crecimiento económico de Girona.