Comenzar el año con ilusión se ha convertido en un ritual para los amantes de la lotería, y el Sorteo del Niño 2025 no ha sido la excepción. La expectación se ha visto justificada tras conocerse la gran fortuna que ha recaído en varios municipios de Catalunya, gracias al segundo y tercer premio.
Un vistazo al reparto de premios
La edición de este año del Sorteo del Niño ha repartido un total de 770 millones de euros en premios, al igual que en 2024. Entre ellos, destaca el primer premio (78908), dotado con 200.000 euros por décimo, vendido íntegramente en León. Sin embargo, la sorpresa para los catalanes ha llegado con el segundo y tercer premio, cuya distribución ha sido especialmente generosa en esta región.
El segundo premio, valorado en 75.000 euros por décimo, ha recaído en el número 06766. Este ha llevado la suerte a ocho ciudades catalanas, entre las que destacan Barcelona, Terrassa, Mataró, Vilafant y Alcanar. Por su parte, el tercer premio, con 25.000 euros por décimo, se lo ha llevado el número 66777. En esta ocasión, ha beneficiado a dieciséis municipios, como Tarragona, Badalona, Manresa, Cornellà o Sant Sadurní d’Anoia.
Origen y tradición del Sorteo del Niño
El Sorteo del Niño 2025 forma parte de las celebraciones de Reyes, integrando la costumbre de empezar enero con un golpe de fortuna. Su historia se remonta a principios del siglo XX y se ha convertido en el segundo sorteo más importante de la lotería española, solo superado por el Sorteo de Navidad. La emoción del 6 de enero se incrementa por las posibilidades de repartir grandes cantidades de dinero, enmarcadas por una atmósfera festiva que ya viene de semanas anteriores.
El método de extracción mediante bombos y bolas, heredado de otras modalidades como la Lotería de Navidad, garantiza la transparencia y el carácter aleatorio de los resultados. Cada premio depende exclusivamente de la diosa Fortuna, generando cada año anécdotas que se recuerdan durante mucho tiempo.
Catalunya celebra su buena racha
La caída del segundo y tercer premio en distintos municipios catalanes ha generado un clima de entusiasmo y unión, reflejado en las redes sociales y medios locales. Los premiados han expresado su alegría y sorpresa, mientras que las administraciones y establecimientos de lotería se han llenado de curiosos deseosos de vivir en directo la noticia. Muchos jugadores coinciden en que el factor determinante ha sido la perseverancia y la tradición de comprar décimos del Sorteo del Niño, con la esperanza de estrenar el año con una buena noticia.