En los últimos días, tras la devastadora DANA que ha golpeado especialmente a la Comunidad Valenciana, se ha generado un intenso debate social sobre la manera de prevenir y mitigar los efectos de lluvias torrenciales e inundaciones. Los ciudadanos y expertos han cuestionado la gestión de los avisos meteorológicos tanto a nivel local como nacional, buscando respuestas sobre si el desastre podría haberse manejado de otra forma para evitar las consecuencias trágicas que ha dejado. La falta de precisión en la previsión y la rapidez con la que se desarrollaron los fenómenos han centrado el debate, y entre las voces más destacadas que han participado en esta reflexión está la de la meteoróloga Mónica López.
Mónica López, directora del área de Meteorología de RTVE, compartió su visión en el programa 59 segundos, donde explicó los retos a los que se enfrentan los meteorólogos al intentar predecir con precisión eventos extremos como el que afectó a Valencia. Según la meteoróloga, aunque los modelos meteorológicos actuales permiten anticipar fuertes precipitaciones, existen límites en cuanto a la precisión. "La meteorología nos da las herramientas para saber que puede llover mucho, pero no exactamente cuánto", afirmó, indicando que, aunque se sabía que la lluvia sería intensa, fue imposible prever con exactitud la magnitud de las precipitaciones.
Falló la previsión
Mónica López describió el fenómeno particular que ocurrió en el río Magro, en Valencia, como un "tren de tormentas", un proceso atmosférico insólito en el que varias tormentas se forman y alimentan unas a otras, generando una cadena continua de precipitaciones. "Es un camino de tormentas. Una tormenta, por su dinámica propia, suelta aire frío, que lo utiliza otra segunda tormenta para formarse, y así sucesivamente", explicó. Este fenómeno, que duró más de 12 horas, dejó precipitaciones que superaron los 600 litros por metro cuadrado en algunas zonas, una cantidad que sobrepasaba ampliamente las previsiones iniciales de 180 litros.
La meteoróloga quiso enfatizar que, aunque los organismos como la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) disponen de herramientas avanzadas para prever lluvias intensas, la precisión absoluta es inalcanzable en estos casos. Sin embargo, Mónica López también cuestionó la manera en que se gestionaron los avisos a la población y expresó su opinión de que los protocolos de precaución no fueron los adecuados. "La manera en la que se avisó a la población no fue la correcta", sentenció, subrayando que la comunicación de alertas debería haber sido más clara y temprana, incluso desde la noche anterior.