La tranquilidad de las zonas verdes de Catalunya se ha visto alterada en las últimas semanas por una amenaza creciente. Distintos vecinos y responsables municipales han comenzado a alertar sobre la aparición de pequeños insectos en parques, jardines y espacios cercanos a las viviendas. El temor se ha ido propagando, sobre todo cuando se han encontrado señales de picaduras en mascotas y en algunas personas tras un simple paseo. Las autoridades, cautas, piden prudencia a la población ante este fenómeno que podría ser más grave de lo que aparenta a primera vista.
Según los primeros indicios, se trata de una garrapata que hasta hace unos años era muy poco frecuente en territorio catalán. Los testimonios de investigadores locales y diversos especialistas avalan la hipótesis de que el cambio en las condiciones ambientales y la proliferación descontrolada de ciertos animales salvajes han puesto el escenario en bandeja para la expansión de la plaga. Por ahora, lo más recomendable es extremar la vigilancia al transitar por zonas rurales, periurbanas o parques públicos, evitando el contacto con matorrales y revisando de forma minuciosa la piel y la ropa al regresar a casa.
Se ha podido constatar que la Hyalomma lusitanicum es la especie implicada en este aumento inusual. Varios estudios recientes la sitúan ya en ambientes periurbanos, algo que anteriormente no ocurría con tanta frecuencia en Catalunya. Su presencia en entornos con numerosa actividad humana se explicaría por la cercanía de ciertos hospedadores clave, como conejos y jabalíes, que han experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años. Este hecho ha creado un caldo de cultivo perfecto para la plaga, desplazándola incluso a zonas residenciales y patios escolares.
Los investigadores recuerdan que no es la primera vez que se advierte sobre esta garrapata. Hace algo más de dos años, Carlos Pradera y Agustín Estrada-Peña publicaron un trabajo en el que ya se alertaba de la abundancia de Hyalomma lusitanicum en puntos concretos de la provincia de Barcelona. Allí, identificaron su presencia en áreas cercanas a viviendas y constataron el potencial riesgo de transmisión de patógenos. Sin embargo, en ese momento el alcance era relativamente reducido y se circunscribía a entornos muy específicos.
Ahora, todo apunta a que la situación se ha multiplicado. Algunos expertos aseguran que la especie invasora se localiza en más de 80 municipios, repartidos principalmente entre las comarcas de Barcelona y Tarragona. En concreto, se ha registrado en 55 localidades de Barcelona y 26 de Tarragona. Esta cifra contrasta con la poca relevancia que se le daba hace un lustro, cuando apenas se detectaban casos aislados. La Vanguardia ha resaltado que se han encontrado ejemplares de la garrapata incluso en parques públicos, jardines de viviendas e incluso patios de escuela, lo cual supone un verdadero reto para la salud pública.
El Departamento de Salud se muestra inquieto, dado que esta garrapata puede transmitir enfermedades peligrosas como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. A pesar de que no se haya registrado ningún caso todavía, el riesgo no puede pasarse por alto. Para colmo, las condiciones ambientales actuales —invierno con temperaturas suaves en algunos momentos y humedad variable— le resultan favorables para su rápida expansión. Además, el número de conejos y jabalíes sigue al alza, favoreciendo así que la Hyalomma lusitanicum encuentre un entorno idóneo para reproducirse.
Se teme por la gravedad de su presencia
Las consecuencias de esta plaga pueden ser graves a distintos niveles. Por un lado, se exponen los ciudadanos a la posibilidad de infecciones o de picaduras que pueden provocar reacciones adversas. Por otro, se afecta también a la fauna doméstica y la ganadera, si la garrapata llega a asentarse en zonas rurales con explotaciones agrícolas o ganaderas. De momento, la recomendación es evitar salir de excursión sin ropas apropiadas que cubran extremidades, aplicarse repelentes y revisar bien la piel tras cualquier salida al campo.
Las autoridades han iniciado labores de monitorización en los lugares donde más se ha detectado la plaga, evaluando la densidad de las garrapatas y registrando su presencia con el fin de establecer protocolos de acción conjunta. Mientras tanto, se espera que en breve se organicen campañas de sensibilización en las localidades afectadas para que la población conozca las pautas de prevención y sepa cómo actuar en caso de encontrar garrapatas en su entorno.