El grupo Freixenet plantea un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de 180 trabajadores, casi un 25% de la plantilla, debido a los "retos" provocados por el cambio climático. En un comunicado, la empresa del sector del cava asegura que ha tenido que tomar medidas "urgentes" para "garantizar el desarrollo sostenible del negocio en el futuro", tras una sequía que ha provocado "graves interrupciones" en la industria.
La falta de agua también ha incrementado los costes y ha reducido la producción. Freixenet afirma que aborda el ERE con una "profunda conciencia" de su impacto y garantiza un "diálogo abierto" cuando arranque la negociación con los representantes de los trabajadores. "Las reservas reducidas y el aumento de los costes de las materias primas han agravado el desajuste entre la demanda del mercado y la sostenibilidad operativa", afirma el comunicado. La compañía remarca que todo esto ha llevado al sector del cava "a una crisis sin precedentes".

Freixenet defiende que el plan anunciado este jueves "marca un paso importante hacia la sostenibilidad a largo plazo". "La compañía está decidida a superar este desafío saliendo fortalecida", concluye. El ERE llega después de que el año pasado Freixenet realizara un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que afectó a 615 empleados.
Un sector en alerta por la sequía
El sector del cava, tradicionalmente vinculado al territorio y altamente dependiente de las condiciones climáticas, vive una situación crítica debido a una sequía prolongada que ha mermado considerablemente las reservas de agua disponibles para la producción. Esta falta de agua ha afectado directamente la capacidad productiva de las bodegas, provocando un aumento sustancial de los costes operativos, especialmente en lo referente a las materias primas como la uva y otros insumos indispensables en el proceso de elaboración del cava.
El anuncio de Freixenet no es un caso aislado, sino que evidencia un contexto generalizado de incertidumbre dentro de la industria vinícola. Los expertos señalan que, de no mejorar las condiciones meteorológicas pronto, otras empresas podrían verse obligadas a tomar medidas similares, incrementando el impacto socioeconómico de esta crisis en el territorio.
Preocupación creciente entre los trabajadores
La decisión de Freixenet ha generado una profunda preocupación entre los trabajadores y sus familias. La cifra de 180 despidos supone un duro golpe para la plantilla, especialmente después del reciente ERTE, que ya había afectado a un número considerable de empleados. Los representantes sindicales han manifestado su inquietud y aseguran que velarán por minimizar al máximo las consecuencias del ERE.
Fuentes del comité de empresa destacan que, aunque entienden la situación excepcional causada por la sequía, exigirán medidas que garanticen el menor impacto posible sobre los trabajadores más vulnerables.
Un futuro incierto para el sector
El futuro inmediato del sector vinícola catalán se presenta incierto ante las repercusiones cada vez más evidentes del cambio climático. Esta crisis climática obliga a las empresas a plantear estrategias a medio y largo plazo enfocadas en la sostenibilidad, incluyendo la posible transformación de sus modelos productivos hacia prácticas más eficientes y menos dependientes de los recursos hídricos.
Los especialistas advierten que esta crisis podría ser solo el comienzo de un periodo más amplio de ajustes y reestructuraciones. Las administraciones, por su parte, se ven presionadas para impulsar medidas de apoyo y estrategias de adaptación que ayuden al sector vinícola a mitigar los efectos del cambio climático.
Esta situación en Freixenet pone de manifiesto la necesidad urgente de redefinir el modelo económico y productivo del sector del cava, una industria emblemática que afronta uno de sus desafíos más complicados de los últimos años.