El reciente encuentro entre el embajador de Irán y líderes de La Falange ha generado un gran revuelo, especialmente entre los sectores más críticos con la ultraderecha. Este acto, que tuvo lugar en un evento organizado por grupos de extrema derecha, ha dejado en evidencia las contradicciones los movimientos "woke" que, mientras denuncian las posturas de La Falange, también defienden regímenes como el de Irán o Palestina.
Uno de los aspectos más controvertidos de este acto es la participación de líderes de La Falange, en concreto, de personas que fueron condenadas por el asalto a Blanquerna. Estos dirigentes parecen haber encontrado un nuevo aliado en el embajador iraní, Reza Zabib, quien ha mostrado una curiosa afinidad con el ideario falangista. Este hecho, estalla en la cabeza de los progres, que no entienden como un régimen al que ellos defienden (Irán y Palestina), tienen simpatías con otro movimiento que ellos cuestionan (el fascismo).
Contradicciones muy importantes y evidentes
Las principales contradicciones de estos sectores progres y "woke" es que ellos se erigen como los defensores de los derechos humanos y el régimen iraní (y el palestino) no respetan los derechos humanos. En este sentido, siempre han mostrado ambigüedad a la hora de condenar ciertas acciones que se llevan a cabo desde estos países. En el caso de Irán, un país conocido por su represión contra las mujeres y las minorías, la simpatía de algunos grupos progresistas hacia sus políticas antioccidentales parece chocar con su defensa de los derechos fundamentales.
Ahora, la ultraderecha de la Falange y el régimen iraní han encontrado un punto en común y han salido a la luz, una vez más, las incoherencias progres y wokes.
Banderas de Palestina en todas las manifestaciones
No importa cuál es el tema de la manifestación. Mejoras en los trabajadores propuestas por sindicatos. Reclamación de derechos para las mujeres. Asambleas de la CUP, reuniones de Comuns... Lo importante es que presida la reunión una bandera de Palestina. No importa si los valores de estos países son contrarios con lo que se pide.
En estos regimenes, el papel de la mujer está muy cuestionado. Están obligadas a vivir en la clandestinidad y su única función en la vida es ser gestar y cuidar a sus hijos. Desde Catalunya, las mujeres que piden más derechos para las mujeres, portan con orgullo la bandera negra, roja, verde y blanca.