Los clientes y accionistas del Banc Sabadell están siguiendo con atención cada paso en el proceso de la OPA planteada por el BBVA. La incertidumbre generada por esta operación ha generado dudas sobre el futuro de la entidad y su impacto en los servicios ofrecidos. Mientras tanto, la atención se centra en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y el Gobierno, que tienen un papel clave en la decisión final.
Una OPA, u oferta pública de adquisición, es una herramienta utilizada por empresas para adquirir el control de otra compañía. En este caso, el BBVA ha lanzado una OPA al Banc Sabadell para fusionar ambas entidades y fortalecer su posición en el mercado. Esta operación consiste en ofrecer a los accionistas del Sabadell un precio por sus títulos, con la intención de adquirir una mayoría suficiente que permita controlar la entidad.
Recientemente, un accionista minoritario del Banc Sabadell expresó su descontento con esta operación a través de una carta publicada en El Periódico. En ella, manifiesta su satisfacción con el funcionamiento y el trato recibido por parte del Sabadell, y su rechazo a la OPA propuesta por el BBVA. Según este accionista, el Sabadell ha declinado amablemente la oferta por no estar de acuerdo con las condiciones ofrecidas. Sin embargo, percibe que el BBVA insiste en que la entidad catalana la acepte, lo que considera una actitud coercitiva.
Rachazos por todas partes
El accionista también destaca que, hasta la fecha, no se ha realizado ninguna comunicación oficial; y así será hasta que la CNMC emita su veredicto. Además, menciona que el Gobierno ha mostrado su rechazo a la operación, argumentando que podría perjudicar el funcionamiento del sistema bancario español y ser desfavorable para los clientes del Sabadell y las pequeñas y medianas empresas (PYMES) asociadas. Teme que la fusión pueda conducir a un monopolio bancario, con consecuencias negativas para la economía española.
La indignación del accionista se intensifica al referirse a un anuncio publicado por el BBVA en medios de prensa escrita. Lo califica de "indignante" y considera que intenta coaccionar y convencer a los accionistas de las supuestas ventajas de la OPA. Describe su reacción al anuncio como una "puñalada en la espalda" y lo compara con un intento de "lavado de cerebro" para cambiar la opinión de los accionistas y enriquecerse a costa de los demás.
En su carta, el accionista insta al Gobierno y a la CNMC a intervenir para retirar dicho anuncio, que, según él, demuestra la avaricia y codicia del BBVA y ofende a los clientes, asociados y PYMES del Banc Sabadell. Lo considera una falta de respeto y una burla hacia todos los vinculados con la entidad catalana.
Para los clientes, una fusión de esta magnitud podría conllevar cambios en las condiciones de los productos y servicios bancarios. La CNMC ha expresado preocupaciones similares, señalando que la fusión podría empeorar las condiciones de crédito para las PYMES y aumentar la exclusión financiera. Por su parte, el Gobierno ha mostrado reservas respecto a la operación, temiendo que pueda conducir a una concentración excesiva en el sector bancario y afectar negativamente a la economía española.