Los controles de tráfico llevados a cabo por los Mossos d'Esquadra no solo se centran en vigilar el cumplimiento de las normativas viales. En muchas ocasiones, estos operativos se convierten en una herramienta crucial para la detección de otros delitos. Gracias a la observación y la intervención oportuna, los agentes son capaces de detectar conductas sospechosas que pueden derivar en delitos como robos, tráfico de drogas o contrabando de productos.
Esta capacidad de los cuerpos de seguridad para estar alerta ante cualquier indicio de ilegalidad es una de las razones por las cuales logran desarticular redes delictivas o evitar acciones criminales.
Una avería mecánica
Recientemente, un control de tráfico rutinario en una autovía de la zona de Osona permitió a los agentes de la ARRO (Área Regional de Recursos Operativos) detener a tres personas. Involucradas en lo que parece ser una serie de robos en establecimientos alimentarios.
El incidente se produjo cuando un vehículo se detuvo en medio de la carretera debido a una avería mecánica. Los Mossos, al observar el coche parado, decidieron acercarse para prestar ayuda, pero la actitud nerviosa de los ocupantes despertó sospechas inmediatas.
El nerviosismo que los delató
La historia comienza con una situación que podría haber sido un simple problema de motor en la autovía. Estas tres personas se vieron obligadas a detener su vehículo en medio del carril derecho, lo que provocó que los Mossos d'Esquadra se acercaran para ofrecer su asistencia.
Sin embargo, lo que parecía un incidente inofensivo tomó un giro inesperado cuando los agentes de la ARRO notaron un comportamiento extraño en los ocupantes del coche averiado. El nerviosismo evidente y las respuestas evasivas de los individuos generaron suficientes dudas como para que los Mossos de Esquadra decidieran realizar una inspección más detallada del vehículo.
Fue entonces cuando se descubrió que el maletero del coche contenía una gran cantidad de diferentes productos alimentarios y otros objetos de valor, cuyo origen los ocupantes no pudieron justificar. Entre los productos encontrados se incluían unas grandes cantidades de carne, embutidos y productos gourmet, como solomillo y botellas de aceite de alta calidad, valorados en más de 400 euros. También se hallaron herramientas como cortadores y un martillo, que los agentes sospechan podrían haber sido utilizados para forzar accesos en los robos.
La 'banda del solomillo' en acción
Este tipo de robos, aunque menos violentos que otros crímenes, causan un perjuicio económico considerables a los comercios locales. Ya que los productos sustraídos suelen ser de alto valor, como solomillos, jamones, embutidos y otros productos gourmet. Además, los ladrones utilizan métodos rápidos y efectivos para sustraer la mercancía, entrando y saliendo de los establecimientos en cuestión de minutos, lo que dificulta la intervención de las autoridades.