La carretera N-340 es una de las vías más largas y emblemáticas de España, cruzando de noreste a suroeste a lo largo de más de 1.200 kilómetros. En Catalunya, esta carretera conecta importantes ciudades y municipios a lo largo de la costa mediterránea, pasando por Barcelona, Tarragona y otras localidades. Históricamente, ha sido una vía de comunicación esencial, no solo para el transporte de mercancías, sino también para el turismo.
Sin embargo, su tránsito intenso y, en algunos tramos, de doble sentido ha generado importantes problemas de congestión y seguridad vial. En los últimos años, la N-340 ha sido objeto de múltiples debates y protestas debido a la alta siniestralidad en algunos de sus tramos, especialmente entre las provincias de Tarragona y Barcelona. Para mejorar la seguridad y reducir el tráfico, se han implementado desvíos hacia autopistas paralelas y limitaciones de velocidad en ciertos tramos.
Un nuevo accidente mortal en esta vía
El conductor de un turismo ha fallecido en una salida de vía a la N-340 en Sant Vicenç dels Horts (Baix Llobregat) este lunes de madrugada. El siniestro se produjo en el kilómetro 1.242 de la citada vía. Los Mossos recibieron el aviso a las 3.31 horas. Por causas que se están investigando, un turismo se ha salido de la vía y ha caído desde una altura de cinco metros.
A consecuencia del accidente, el conductor y único ocupante del turismo ha fallecido. La víctima es D.M.M.B., de 29 años y vecino de Cornellà de Llobregat. Con ésta, son 97 las personas fallecidas en accidente de tráfico en la red de carreteras interurbanas de Catalunya desde enero.
A raíz del siniestro se han activado seis patrullas de los Mossos, cuatro dotaciones de los Bomberos de la Generalitat, quienes han tenido que efectuar labores de excarcelación de la víctima; y cuatro ambulancias del Sistema de Emergencias Médicas (SEM).
Una cifra preocupante
Desde enero, las carreteras catalanas han sido escenario de una trágica cifra de 97 fallecidos, lo que ha generado una gran preocupación entre las autoridades y los ciudadanos. Este aumento en la mortalidad vial refleja un panorama complejo donde diversos factores como el exceso de velocidad, la conducción bajo los efectos del alcohol y las distracciones al volante siguen siendo las principales causas de los accidentes.
A pesar de las campañas de concienciación y los controles policiales intensificados, la siniestralidad ha continuado su escalada, afectando especialmente a motociclistas y peatones, dos de los colectivos más vulnerables en la carretera.
Las autoridades catalanas han tomado medidas para intentar reducir estas cifras, como la implementación de radares adicionales y la intensificación de los controles de alcoholemia. No obstante, el desafío sigue siendo grande, y se están evaluando nuevas estrategias, como la mejora de la infraestructura en puntos negros y el refuerzo de la educación vial, para intentar frenar esta tendencia.