Las carreteras catalanas ya suman un total de 99 víctimas mortales en lo que va de año, un dato alarmante que refleja la peligrosidad creciente en la red vial del país. Estas muertes han ocurrido en una variedad de circunstancias, desde accidentes por exceso de velocidad hasta casos relacionados con la conducción bajo los efectos del alcohol o drogas. Este trágico balance ha motivado a las autoridades a intensificar las campañas de concienciación y los controles de tráfico, buscando reducir el número de siniestros en las carreteras.
Las principales causas de estos accidentes suelen estar relacionadas con distracciones al volante, como el uso de móviles, y la imprudencia al adelantar o no respetar las señales de tráfico. La situación ha generado mucha preocupación entre las autoridades, que destacan la necesidad de respetar las normativas de seguridad vial para evitar que la cifra siga en aumento. Además, se están estudiando nuevas medidas de prevención para reforzar la seguridad en los tramos más peligrosos de las carreteras catalanas.
La última víctima, un motorista
Un motorista ha fallecido este martes en un accidente de tráfico ocurrido sobre las cinco y media de la tarde en el kilómetro 213 de la carretera C-31, en término municipal de Badalona, según ha explicado el Servei Català de Trànsit (SCT ). Las causas del suceso están bajo investigación. A raíz del siniestro se activaron una patrulla de los Mossos d'Esquadra, dos dotaciones de los Bomberos de la Generalitat y dos ambulancias del Sistema de Emergencias Médicas (SEM).
Por lo que respecta a la afectación vial, se ha tenido que cortar un carril en diferentes momentos en cada sentido de la marcha, lo que ha provocado retenciones en ambos sentidos. Según el SCT, 99 personas han perdido la vida en la red viaria interurbana de Catalunya este año, 38 de ellas motoristas.
El escenario de la tragedia ha sido la carretera C-31 en Catalunya, una de las vías más importantes que conecta Barcelona con diversas localidades costeras de la región. Esta carretera es conocida por ser una arteria clave en el área metropolitana, uniendo la ciudad con poblaciones como El Prat de Llobregat, Castelldefels y Sitges. A lo largo de su recorrido, atraviesa tanto zonas urbanas como rurales, y es frecuentemente utilizada por turistas que buscan acceder a las playas del litoral catalán.
Sin embargo, la C-31 también es conocida por su alta densidad de tráfico y los frecuentes accidentes, especialmente en los tramos más cercanos a Barcelona. Las autoridades han implementado diversas medidas de control de velocidad y refuerzos en la seguridad vial para reducir los riesgos en esta carretera. A pesar de ello, continúa siendo una vía con alto volumen de circulación, especialmente durante los meses de verano, cuando aumenta el tránsito hacia las zonas turísticas de la costa.