El pasado 16 de octubre, los Mossos d'Esquadra denunciaron a un conductor por cometer dos infracciones graves mientras circulaba por la C-32, a la altura de Vilassar de Dalt. Según la información proporcionada por la policía catalana, el conductor fue captado conduciendo a una velocidad de 163 km/h en una zona con un límite establecido de 100 km/h. No solo eso, sino que la imagen captada por el radar también reveló que el infractor estaba manipulando su teléfono móvil, lo que supone una segunda infracción igualmente sancionable.
El exceso de velocidad es una de las infracciones más sancionadas en las carreteras españolas, y en este caso particular, podría implicar una multa considerable, además de la pérdida de puntos en el carné de conducir. Circular a 63 km/h por encima del límite permitido en ese tramo implica una multa de hasta 600 euros y la retirada de seis puntos del carné, según la legislación vigente. Este tipo de infracción se clasifica como muy grave debido al peligro que representa tanto para el conductor como para los demás usuarios de la vía.
En cuanto al uso del móvil al volante, es una práctica que sigue siendo una de las causas más comunes de distracción al conducir, y que está severamente castigada en el Código de Circulación. Manipular el teléfono mientras se conduce puede suponer una multa adicional de 200 euros y la pérdida de tres puntos del carné. Esta infracción es especialmente peligrosa porque aumenta el riesgo de accidente de manera exponencial, ya que reduce el tiempo de reacción del conductor ante cualquier imprevisto en la carretera.
La importancia de la sensibilización vial
Este tipo de casos subraya la importancia de respetar las normas de tráfico, que están diseñadas para proteger tanto a los conductores como a los peatones y otros usuarios de la vía. Los Mossos d'Esquadra han reforzado los controles de velocidad y uso del móvil en vías como la C-32 para reducir el riesgo de accidentes. De hecho, no es la primera vez que esta carretera es escenario de situaciones peligrosas derivadas de la imprudencia al volante, ya que es una de las principales vías de conexión con la costa, lo que aumenta el tráfico y la posibilidad de infracciones.
El conductor en cuestión, tras ser interceptado por las autoridades, podría enfrentarse a una sanción conjunta de hasta 800 euros y la pérdida de 9 puntos del carné, lo que supondría un duro golpe para su historial como conductor. Además, en casos extremos o de reincidencia, podría ser obligado a realizar cursos de sensibilización vial o, incluso, enfrentarse a la retirada total del carné si acumula suficientes puntos perdidos en un corto periodo de tiempo.
Este incidente sirve como recordatorio de que la combinación de exceso de velocidad y distracción al volante, como el uso del móvil, son dos de las causas más frecuentes de accidentes graves en las carreteras. Las autoridades continuarán vigilando de cerca este tipo de comportamientos con el objetivo de reducir la siniestralidad vial y garantizar la seguridad en las carreteras.