Lo que parecía un simple control rutinario en las carreteras catalanas terminó convirtiéndose en una historia insólita protagonizada por un conductor reincidente. La irresponsabilidad del individuo, al circular en estado de embriaguez, fue llevada al extremo cuando decidió escapar de la policía después de haber sido interceptado por primera vez, protagonizando así una escena propia de película.
Primera detención con una tasa cuatro veces superior a la permitida
Los hechos ocurrieron el pasado 26 de febrero en la carretera C-38, en el término municipal de Camprodon, comarca del Ripollès. Todo comenzó sobre las 11:30 horas, cuando agentes de vigilancia del municipio detectaron la conducción errática de un turismo y solicitaron inmediatamente apoyo a los Mossos d’Esquadra.
Tras ser interceptado, el conductor, un hombre de 59 años, fue sometido a una prueba de alcoholemia que arrojó un resultado de 1,08 mg/l en aire espirado, cuatro veces más que el límite legal permitido (0,25 mg/l). Ante la gravedad del resultado, los agentes procedieron a inmovilizar el vehículo del infractor.

Insólita fuga por el carril bici
Pese a que el vehículo quedó inmovilizado por los agentes, la historia tomó un giro inesperado pocos minutos después. El conductor, lejos de aceptar la situación, decidió ignorar las indicaciones policiales, rompió la inmovilización y emprendió una peligrosa fuga circulando por el carril bici, en una maniobra que pudo haber causado daños mayores dada la imprudencia y la alta tasa de alcohol que aún llevaba en sangre.
Fue gracias a la rápida reacción y colaboración ciudadana que los Mossos d’Esquadra pudieron seguir el rastro del hombre, quien en poco tiempo volvió a incorporarse a la misma carretera, poniendo en peligro a otros conductores.
Segunda detención en menos de una hora
Apenas media hora después, cerca de las 12:30 horas, los agentes interceptaron nuevamente al conductor en el kilómetro 5 de la carretera C-38, esta vez dentro del término municipal de Sant Pau de Segúries. Sorprendentemente, en la segunda prueba de alcoholemia el resultado continuaba siendo alarmante, con una tasa final de 1 mg/l, aún cuatro veces superior al límite permitido.

Ante la gravedad de los hechos y tras protagonizar un episodio de resistencia y desobediencia a la autoridad, el individuo quedó detenido inmediatamente acusado de varios delitos graves contra la seguridad vial.
Antecedentes y consecuencias judiciales
Este caso resulta especialmente preocupante dado que el detenido ya contaba con antecedentes por delitos similares, evidenciando un patrón reiterado de imprudencia al volante. Tras permanecer en dependencias policiales, el hombre pasó finalmente a disposición judicial este miércoles ante el juzgado de instrucción en funciones de guardia de Ripoll, acusado formalmente por conducir con una tasa de alcohol penalmente punible, resistencia y desobediencia a los agentes de la autoridad.