En España, el divorcio es un proceso legal que sirve para poner fin al matrimonio de manera definitiva, permitiendo a las partes rehacer su vida por separado, sin necesidad de justificar motivos concretos. Contrariamente a lo que muchos piensan, no se tiene que explicar al Juez, al Fiscal y al abogado contrario los motivos que han llevado a la ruptura. Cualquier persona puede divorciarse sin dar explicaciones. Lo importante son las medidas que deben acompañar este divorcio y que deben constar en la Sentencia.
Existen dos tipos principales de divorcio: el divorcio de mutuo acuerdo y el divorcio contencioso. Como es lógico, los cónyuges optarán por el primero si están de acuerdo en las medidas que se deben acordar: reparto de las visitas, pensión de alimentos, uso del domicilio, reparto de bienes, etc... Y este acuerdo puede ser alcanzado desde el principio, gracias a la negociación entre dos abogados diferentes o gracias a un proceso de mediación.
Ventajas del divorcio de mutuo acuerdo
El primer punto a favor de acordar las medidas de un divorcio es que la decisión es tomada por las partes. No toma la decisión un Juez que, en definitiva, es un extraño que no conoce las necesidades de los hijos y que se basa en criterios jurídicos para tomar la decisión. En segundo lugar, que es más barato, porque se puede intervenir con el mismo abogado y mismo procurador, de modo que los costes se reparten entre las partes. Y, en tercer lugar, que es mucho más rápido y eficaz.
Los cónyuges presentarán una demanda de divorcio en el Juzgado del último domicilio familiar y acompañarán un convenio regulador firmado en cada página. El Juzgado admitirá a trámite la demanda y citará a las partes para que ratifiquen judicialmente, por separado, este convenio regulador.
Es importante dejar claro el concepto "por separado". Esto se explica para evitar que existan coacciones y para asegurar que la voluntad de cada parte es divorciarse en base a las medidas acordadas.
También es importante destacar que en el caso de que existan hijos menores, aunque el procedimiento sea de mutuo acuerdo, intervendrá el Ministerio Fiscal, de modo que éste tendrá que dar el visto bueno a la propuesta de convenio regulador para que no exista alguna cláusula perjudicial para los hijos.
Divorcio contencioso
Cuando no hay más remedio y las partes son incapaces de llegar a un acuerdo, se tiene que acudir al Juzgado mediante una Demanda de divorcio contencioso. Cada parte intervendrá con un abogado y procurador diferente y se celebrará un juicio para que sea un Juez quien resuelva las peticiones de las partes.
Durante el juicio se practicarán diferentes pruebas, como declaraciones de testigos o de peritos y también se evaluarán documentos. Todas ellas servirán para que el Juzgado tome la mejor decisión para los hijos en cuanto a la pensión de alimentos, custodia exclusiva, custodia compartida, quien se queda con el domicilio familiar, etc.
Si hablamos de ventajas e inconvenientes, se podría decir que el divorcio contencioso no tiene ninguna ventaja, porque significa que la vía del acuerdo ha fracasado. La única ventaja sería poder obtener el divorcio ante el intento de bloqueo de alguna de las partes. Como inconveniente, lógicamente, mayor tiempo de tramitación, costes económicos más caros y más desgaste emocional.