La emblemática cadena de tiendas Party Fiesta, reconocida por ser el lugar predilecto para la compra de disfraces y artículos para fiestas, cerrará definitivamente sus puertas. Esta decisión deja a 140 trabajadores en el paro y marca el fin de una era para una tienda que se había consolidado como un ícono en Barcelona y otras ciudades. Y un referente para algunas generaciones.
El cierre de Party Fiesta es el resultado de una serie de factores acumulativos que han llevado a la empresa a una situación insostenible. En primer lugar, la pandemia de COVID-19 afectó gravemente al sector del retail y las tiendas especializadas en eventos y celebraciones fueron especialmente golpeadas. Además, más ha afectado todavía el 'boom' de los bazares, más económicos y con más variedad que las tiendas de disfraces convencionales.
Además, también se probó la estrategia de expandir el negocio a Internet, pero la competencia con las plataformas de comercio electrónico, principalmente con Amazon, ha sido feroz. Los consumidores han cambiado sus hábitos de compra, optando cada vez más por la conveniencia de las compras online. A pesar de los esfuerzos de Party Fiesta por adaptarse a este nuevo entorno digital, no pudieron competir con la infraestructura y los precios más bajos ofrecidos por gigantes del e-commerce.
Con la miel en los labios
Hace unos meses, Party Fiesta, con una gran deuda y amenazada ya de liquidación total, obtuvo una última oportunidad al ser adquirida por un grupo de empresarios que buscaban revitalizar la marca. Sin embargo, esto no logró revertir la tendencia negativa. Y no ha quedado otra que tirar la toalla.
La nueva dirección exploró varias opciones para mantener la empresa a flote, incluida la posibilidad de una recompra, por parte de otros empresarios. Sin embargo, el abogado lo desaconsejó y ya han solicitado al juez la liquidación total. Las crecientes deudas y la disminución de ingresos hicieron inviable cualquier intento de recompra y no rentarían en absoluto a los proveedores, llevando finalmente a la decisión de cerrar todas las tiendas y liquidar los activos.
Esta decisión, además, provocará que los 140 empleados de los que disponía Party Fiesta en su treintena de locales se queden en el paro. Evidentemente, la empresa ha asegurado que se proporcionarán las indemnizaciones correspondientes, pero muchos de estos trabajadores ahora deben enfrentarse a un mercado laboral incierto y competitivo
Party Fiesta no era simplemente una tienda; era un ícono en Barcelona. Fundada hace más de dos décadas, sus coloridas y vibrantes tiendas se convirtieron en el lugar favorito para familias y amigos que buscaban artículos para cualquier tipo de celebración. Desde disfraces para Halloween hasta decoraciones para cumpleaños y fiestas temáticas, Party Fiesta ofrecía una amplia variedad de productos que cubrían todas las festividades imaginables.