Parece que el rey emérito, Juan Carlos I, ha encontrado en el tarot una inesperada fuente de consuelo. Durante sus frecuentes visitas a Sanxenxo, el exmonarca acude cada vez más a una tarotista de confianza que le tira las cartas, algo que, según fuentes cercanas, ha comenzado a inquietar a su familia, especialmente a la infanta Elena. A lo largo de su vida, Juan Carlos había mostrado rechazo hacia este tipo de prácticas esotéricas, pero en esta etapa de su vida, parece haber encontrado en el tarot una manera de buscar respuestas y aclarar sus dudas personales.
Este nuevo interés del exmonarca ha desatado preocupación en su entorno más cercano, donde la infanta Elena ha sido la primera en tomar cartas en el asunto. Elena, muy cercana a su padre, teme que esta dependencia hacia las cartas esté influyendo más de lo necesario en sus decisiones, y ha intentado, en privado, hacerle ver los riesgos de basar sus decisiones en predicciones esotéricas. Así lo ha informado la periodista Pilar Eyre.
Preocupación por la dependencia
Aunque el tarot pueda parecer inofensivo, lo que más inquieta a la familia es la frecuencia con la que Juan Carlos I acude a estas sesiones de consulta. Mientras que para algunos esta práctica es simplemente un entretenimiento, en el caso del exmonarca parece haber un cambio más profundo, lo que preocupa a aquellos que están más cerca de él. Y, de hecho, algunas fuentes hablan incluso de dependencia.
Este comportamiento supone un giro inesperado para alguien que siempre se había mostrado pragmático y escéptico ante este tipo de creencias. Durante su reinado, Juan Carlos I fue conocido por su carácter firme, sin espacio para supersticiones. Sin embargo, desde su retiro, su vida ha dado un vuelco, marcado por la soledad y la incertidumbre, lo que podría explicar su nuevo apego al tarot.
Es posible que la situación de exilio y los cambios drásticos en su vida personal hayan llevado a Juan Carlos I a buscar en las cartas un camino para entender el futuro. No obstante, esto no ha pasado desapercibido, y su hija Elena parece decidida a intervenir, tratando de proteger a su padre de cualquier influencia que pueda resultar perjudicial para él. La persona a la que acude regularmente es la mujer de Pedro Campos, una brasileña especialista en este mundo. Las sesiones consisten básicamente en leer las cartas astrales y percibir qué ocurrirá en un futuro.