El Clásico entre F.C Barcelona y Real Madrid ofreció un espectáculo inusual desde el primer minuto en la Final de Supercopa. Yeda se convirtió en testigo de un encuentro cargado de goles y momentos de tensión extrema. La primera parte terminó con un sorprendente 1-4, dejando a todos boquiabiertos por la intensidad mostrada.
El marcador lo abrió Kylian Mbappé con un disparo imparable que adelantó al Real Madrid. La alegría blanca duró poco, ya que Lamine encontró espacio para empatar con un remate preciso. El penalti transformado por Robert Lewandowski y el gol de Raphinha pusieron distancia en el marcador.
Antes del descanso, Alejandro Balde anotó un tanto que sentenció una primera mitad caótica y llena de emoción. Los aficionados disfrutaron de un espectáculo intenso, con llegadas continuas y un ritmo trepidante en ambos bandos. Cada ataque parecía decisivo, mostrando la ambición ofensiva de dos rivales que se conocen perfectamente.
La lesión de Íñigo Martínez en Yeda
La intensidad del choque pasó factura a más de un jugador, aunque el primer afectado serio fue Íñigo Martínez. El central vasco sintió un pinchazo en los isquiotibiales y cayó al césped pidiendo asistencia médica inmediata. Tuvo que marcharse antes de la media hora, siendo consciente de que no podría continuar en el partido.
Ronald Araújo salió a calentar con urgencia para ocupar el puesto que Íñigo dejó vacante en la defensa azulgrana. Los médicos del Barça evaluaron rápidamente al central lesionado, que abandonó el terreno de juego con gestos de dolor. La preocupación en el banquillo se hizo evidente, dado que este tipo de lesiones suelen conllevar semanas de recuperación.
Una lesión que enciende las alarmas
Las pruebas médicas confirmarán la gravedad exacta de la lesión y el tiempo de baja para el defensa vasco. Lo seguro es que Íñigo se perderá la próxima jornada de Liga y quizá algún compromiso posterior. La zona afectada, los isquiotibiales, es delicada y requiere reposo para evitar recaídas que complicarían su retorno.
En el caso de un pinchazo muscular, el periodo de ausencia suele variar entre dos y cuatro semanas. Si la rotura es mayor, se puede alargar hasta dos meses, según la recuperación del futbolista. Los servicios médicos del Barça realizarán pruebas de imagen para determinar la mejor terapia y los plazos exactos.
La afición teme un contratiempo prolongado, pues Martínez había ganado peso en los esquemas de Hansi Flick. El equipo necesita rotaciones fiables en defensa para afrontar la fase decisiva de la temporada. Perder a un zaguero con su experiencia reduce las opciones de recambio en una plantilla muy exigida.
Por ahora, los culés estarán pendientes de más novedades sobre Íñigo Martínez y su progreso físico. La próxima comparecencia del cuerpo técnico arrojará luz sobre la situación real del defensa. La esperanza es que regrese lo antes posible, reforzando una zaga necesitada de garantías ante rivales complicados.