Hay apellidos que, de forma casi inevitable, van estrictamente ligados al mundo del fútbol. Son muchas las familias en las que varias de sus generaciones han podido disfrutar de lo que supone convertirse en futbolista profesional. Uno de los casos más conocidos es, sin duda, el de Marcos Alonso, cuyo padre y abuelo también jugaron en la élite de este deporte.
Pero el del madrileño no es el único. En los últimos años estamos viendo como los hijos de las grandes estrellas de principios del presente siglo empiezan a tener protagonismo en el fútbol de primer nivel. El hijo de Kluivert, por ejemplo, jugó en el Valencia, el de Ronaldinho ha fichado este verano por el Burnley, Marcus Thuram y Gio Reyna son ya futbolistas 'top' mundiales...
Algo más atrás en el tiempo debemos viajar para toparnos con uno de los hombres que más relevancia han tenido en la historia del Barça, Ronald Koeman. El neerlandés, uno de esos tipos que parecían tocados con una varita mágica, también ha tenido un descendiente futbolista. Elegir el nombre no se le dio tan bien como disparar lanzamientos de faltas, pues le pusieron el nombre de Ronald Koeman Jr.
Si bien es cierto que el pequeño de los Koeman ha podido vivir del fútbol, la realidad es que no lo ha hecho de la misma forma que su padre. En la actualidad tiene 29 años y su nombre apenas ha aparecido en el foco mediático, pues su carrera ha transcurrido entre el FC Oss y el Telstar, ambos clubes modestos neerlandeses; además, es guardameta. El talento está claro que no lo heredó de su padre, pero los genes que sí le pegaron fueron los físicos, pues su rostro es prácticamente calcado.
El legado de Ronald Koeman padre
Nunca es mal momento para recordar todo lo que aportó Ronald Koeman al Barça, así que vamos a ello. Ha dejado una huella imborrable en el FC Barcelona tanto como jugador como entrenador. Como jugador, fue clave en la conquista de la primera Copa de Europa del club en 1992, con su histórico gol de falta en la final contra la Sampdoria. Además, se destacó por su liderazgo en defensa y su capacidad goleadora, pese a ser defensor.
Como entrenador, aunque su etapa fue complicada, Koeman apostó por jóvenes talentos como Pedri y Gavi, sentando las bases para el futuro del equipo y manteniendo su compromiso con el estilo de juego del Barça. Es decir, recuperó una identidad culé que parecía haberse perdido en los años predecesores a su etapa como míster en el Camp Nou.