Barcelona, dejando de lado todos los problemas con los robos, delincuencia e incivismo, también enfrenta graves problemas relacionados con el consumo y tráfico de drogas. Esta situación ha afectado tanto la vida de sus habitantes como a la imagen de la ciudad, la cual se ve cada vez más deteriorada. En los últimos años, la capital catalana ha experimentado un aumento en la presencia de drogas en sus calles, y una imagen reciente ha resumido a la perfección la situación.
En los últimos años, la ciudad ha presenciado este aumento, especialmente en ciertos barrios como el Raval, marginales y puntos estratégicos. La diversidad de sustancias disponibles, desde drogas blandas como el cannabis hasta más peligrosas como la cocaína, ha contribuido a la complejidad de este fenómeno, que cada día crece más. Uno de los principales focos de preocupación es el aumento de los narcopisos, viviendas okupadas ilegalmente que funcionan como puntos de venta y consumo de estas drogas blandas y duras.
No obstante, este problema no se concentra tan solo en barrios marginales y apartados del centro de la ciudad, ya que en barrios céntricos también se ha podido observar estos problemas. Uno de los casos más claros es el de El Raval, donde las condiciones de vida cada vez son peores debido a la actividad del narcotráfico y la inseguridad vivida. Los diferentes vecinos de estas localidades ven como poco a poco sus barrios van 'perdiendo el color' y como las autoridades no actúan en consecuencia.
Una imagen que lo resume a la perfección
El día de ayer, a primera hora de la tarde aparecieron unas jeringuillas al lado de la puerta del Ayuntamiento de la ciudad de Barcelona. En concreto fueron encontradas en la plaza de Sant Miquel, una zona que está al lado de unos parques infantiles para niños. Así pues, además de ser la parte trasera del Ayuntamiento, es un espacio bastante concurrido por infantes y jóvenes de todas las edades, que aprovechan el lugar para jugar y divertirse.
Esa misma zona, según han reportado varios vecinos del lugar, es usada por los consumidores de drogas a altas horas de la noche. Esto provoca que por la mañana la misma este llena de restos como estas jeringuillas, que suponen un peligro público para los pequeños, los cuales podrían tocar estas sin querer. No sería pues, el primer caso de hospitalización que se debería lamentar, ya que en abril vivimos un momento de mucha angustia.
Esto fue cuando a las puertas de la 'Escola de la Concepció', en el barrio del Eixample, apareció una jeringuilla usada. Un niño la tocó sin querer y sufrió un pinchazo que le hizo ser trasladado rápidamente al hospital, aunque por suerte todo acabó en un susto sin consecuencias graves para él.