A estas horas de la tarde del lunes 22 de abril, el cielo de buena parte de Catalunya ya muestra señales claras del cambio que se está gestando. Tras una jornada algo movida en la costa de Barcelona y el prelitoral, con nubes intermitentes y alguna llovizna puntual durante la madrugada y primeras horas del día, ahora el panorama se presenta más tranquilo. Las nubes se han ido disipando y el viento ha comenzado a perder fuerza, especialmente en las comarcas del sur de Tarragona y el norte del Empordà, donde el mestral ha soplado con intensidad durante la mañana.
La atmósfera empieza a estabilizarse. El aire frío que nos ha acompañado en los últimos días comienza a retirarse de forma lenta pero decidida, y eso se nota. El ambiente, aunque fresco en cuanto se pone el sol, ya no tiene ese regusto invernal. Se respira algo distinto, como si el tiempo nos estuviera preparando una sorpresa.

Sol tímido, temperaturas contenidas
La noche que se avecina será mayoritariamente serena. Las temperaturas bajarán, como es habitual en estas fechas, pero sin excesos. En las zonas costeras rondarán los 12 a 15 °C, mientras que en el interior y en las comarcas de montaña se esperan valores más bajos, entre los 6 y 10 °C. Nada fuera de lo normal para una noche de abril. El cielo, en general, permanecerá despejado, con alguna nube alta decorativa sin mayor relevancia.
Una vez desaparecido el viento, el ambiente será mucho más plácido. Las condiciones son perfectas para salir a dar un paseo, disfrutar de las terrazas o simplemente abrir la ventana y respirar primavera. Las sensaciones térmicas serán agradables, especialmente en áreas urbanas donde el calor diurno aún se mantiene en la superficie.
Una retirada silenciosa que lo cambia todo
Lo más relevante, sin embargo, no será lo que pase hoy, sino lo que está empezando a prepararse en el cielo para los próximos días. De forma casi imperceptible, el aire frío que ha dominado los últimos días comienza a retirarse. En su lugar, una dorsal anticiclónica —una burbuja de estabilidad— empieza a ganar presencia y, con ella, las previsiones se tiñen de optimismo.
Todo apunta a que el viento perderá intensidad, el sol se impondrá en la mayoría de regiones, y las temperaturas subirán de forma clara. Un cambio discreto pero fundamental que tendrá su punto culminante justo cuando más se necesita.

La mejor noticia: llega Sant Jordi… con sol
Y es que sí, el cambio coincide con uno de los días más esperados del año: la Diada de Sant Jordi. La jornada del 23 de abril llegará acompañada de sol en casi todo el territorio catalán, temperaturas suaves —entre los 20 y 25 grados— y un ambiente festivo en las calles. Solo algunas nubes residuales podrían asomarse en el noreste por la tarde, pero sin más consecuencias. Buen tiempo, libros, rosas y primavera en su mejor versión. Una combinación perfecta para celebrar Sant Jordi como merece.