El colaborador de Xcatalunya, Rubèn Novoa, publicó un vídeo en sus redes sociales en el que lamentaba las agresiones sufridas durante el acto de la Diada en el Fossar de les Moreres. "Compañeros de prensa y de Aliança Catalana hemos sido agredidos por las fuerzas de extrema izquierda en el Fossar de les Moreres", lamentaba.
Poco después, lejos de condenar estos hechos y de pedir el cese de la violencia, un dirigente de ER y miembro de un sindicato español, Jordi Martín, justificaba la violencia y ponía el foco sobre el lado equivocado. "Quien siembra vientos recoge tempestades", decía, culpabilizando a los agredidos de las agresiones.
Jordi Martín, por vientos sembrados, se refiere a una opinión política diferente a la suya. Una opinión política representada por 2 diputados en el Parlament de Catalunya y que, según las encuestas, seguirá creciendo. Su justificación de la violencia no terminó y dos comentarios más abajo dejó claro que: "al fascismo ni agua".
Por "fascismo" se refiere, evidentemente, a Aliança Catalana. Este es el mensaje que su partido y los medios de comunicación subvencionados han construido. Por fascismo no se refiere al Govern de Salvador Illa que ha sido posible gracias a los votos de su partido. Apoyar la aplicación del artículo 155 de la Constitución no debe ser fascismo según Jordi Martín. Decir que hay que aislar a los independentistas en una reserva, tampoco es fascismo según este dirigente. Y las palabras de Josep Borrell sobre desinfectar Catalunya, tampoco eran fascismo.
Cordón sanitario a Aliança Catalana
Estas palabras demuestran, una vez más, el cordón sanitario que promovieron algunos partidos contra la formación que lidera Sílvia Orriols. Unas semanas antes de las últimas elecciones, PSC, Comuns, CUP, Junts y ERC firmaron un cordón sanitario para aislar del mapa parlamentario y de la vida política al partido nacido en Ripoll.
La estrategia consiste en aislar, silenciar y criminalizar a esta formación con argumentos impropios de una democracia. En el ámbito institucional, el principal papel lo ejerce el presidente del Parlament, Josep Rull, mientras que en redes sociales existen cientos de satélites que se ocupan de desprestigiar el trabajo y el mensaje de esta formación.
Sílvia Orriols ha dejado claro en más de una ocasión que no callará ni cambiará el discurso. "No llega a la política para hacer amigos", asegura y seguirá representando a todos sus votantes.